Ariel es una princesa sirena de 16 años
de edad que no está del todo feliz con su vida bajo el mar, pues
tiene curiosidad sobre el mundo de los seres humanos. Junto a su
mejor amigo, el pez Flounder, Ariel colecciona artefactos humanos y
con frecuencia acude a la superficie del océano para encontrarse con
Scuttle, una gaviota, que le habla sobre el mundo humano aunque de
forma poco acertada con la realidad. La joven ignora las advertencias
de su padre, el rey Tritón, y de su ayudante, el cangrejo Sebastián,
quienes le dicen que el contacto entre las sirenas y los humanos está
prohibido. Lo cierto es que Ariel sueña con la idea de convertirse
en un ser humano y así vivir en ese mundo con el que tanto ha
fantaseado.
Una noche, Ariel, Flounder y Sebastián
viajan a la superficie del mar y atestiguan la celebración del
cumpleaños del príncipe Eric a bordo de un barco. Apenas lo ve unos
minutos, la sirenita se enamora de él. De manera repentina, cae una
tormenta y el barco naufraga; Ariel logra salvar a Eric, que se halla
inconsciente, antes de que se ahogue en las profundidades. Tras
llevarlo a tierra firme, la joven le interpreta una canción pero
detiene la melodía al comprender que el príncipe no debe verla
cuando despierte. Cuando este se recupera, se muestra fascinado por
la voz que había escuchado antes e intenta dar con el paradero de
quien le rescató del naufragio, pero no tiene éxito. Ariel regresa
al océano aunque ahora es mayor su convencimiento de querer formar
parte del mundo humano.
Tritón se percata del cambio de
comportamiento de Ariel así que le pregunta a Sebastián al
respecto, enterándose de que su hija está enamorada de un humano.
El rey enfurece y confronta a la joven justo en el lugar donde ella y
Flounder han estado conservando los objetos humanos. Dada su
molestia, destruye todo a su paso con su tridente. Cundo Tritón se
va, las anguilas Flotsam y Jetsam pasan cerca de ahí y persuaden a
la sirenita de visitar a Úrsula, la bruja del mar, que podría
ayudarle a convertirse en humana. Interesada en tal propuesta, Ariel
acude con Flounder al refugio de Úrsula junto con el par de
misteriosas anguilas.
Al llegar, Úrsula se entera de su
situación y le propone hacer un pacto para convertirla en humana
durante tres días, a cambio de su voz. Ariel acepta y tras un
encantamiento le crecen piernas y su voz es capturada por la bruja,
que la guarda entre sus pertenencias. Al cabo de tres días, Ariel
debe recibir el beso del «verdadero amor», es decir de Eric, o de
lo contrario estaría condenada no sólo a volver a ser sirena sino a
vivir como pólipo en la cueva de Úrsula. En todo momento Ariel es
consciente de esta condición y Flounder se encarga de llevarla a la
superficie.
Eric encuentra a la joven en la playa y
la lleva a su castillo sin saber que ella fue quien lo había
rescatado en la noche del naufragio. A continuación, la joven
incapaz de poder hablar con él pasa varios momentos al lado del
príncipe. Al final del segundo día casi se besan a no ser por la
interrupción de las anguilas aliadas de la bruja. Molesta por la
insistencia casi exitosa de Ariel, Úrsula decide disfrazarse como
humana y adopta el nombre de Vanessa, además de utilizar la voz
extraída de Ariel. Su objetivo es aparecer en la playa e interpretar
una melodía para que Eric la reconozca como quien lo había
rescatado la noche del naufragio. El príncipe reconoce de inmediato
el timbre de voz y acto seguido la bruja lo hechiza, para que así se
olvide de Ariel y contraiga matrimonio con ella. De esa manera Ariel
no podría cumplir con lo pactado en su acuerdo. A la mañana
siguiente, Ariel se entera de que Eric se casará con Vanessa.
Scuttle descubre que esta última es, en realidad, Úrsula así que
le informa de ello a la triste Ariel. Cuando comprende que la bruja
intenta hacerla fracasar en su pacto, Ariel acude al lugar de la boda
a bordo de un barco. A su vez, Sebastián le avisa a Tritón de lo
acontecido y Scuttle interrumpe la boda con la ayuda de varios
animales.
En medio del caos, Úrsula pierde la
voz de Ariel que mantenía guardada en un collar en su pecho y Ariel
logra recuperarla. Asimismo, se rompe el hechizo que había lanzado
sobre el príncipe, con lo que éste reconoce de nuevo a Ariel.
Aunque Eric la besa en ese instante, no lo hace a tiempo y Ariel
vuelve a transformarse en sirena. Mientras tanto Úrsula recupera su
forma de bruja acuática y secuestra a la joven para llevarla consigo
a su cueva. Tritón llega a la escena y confronta a Úrsula para
exigirle que libere a hija, pero la bruja le demuestra que el pacto
hecho por ambas es inquebrantable. El rey decide entonces cambiar su
lugar por el de Ariel y convertirse así en su prisionero pólipo con
tal de que su hija quede libre. Al hacer esto, pierde su tridente y
corona de rey del océano, los cuales son tomados inmediatamente por
Úrsula, quien se declara como nueva gobernante del mar. Aunado a
esto aumenta su físico en proporciones monstruosas.
La bruja crea una tormenta con un gran
remolino con el que espera hundir el barco donde se encuentran Eric y
Ariel. Sin embargo, Eric logra maniobrar la nave y posicionarla de
tal forma que pueda estrellar el bauprés del barco contra el abdomen
de la bruja agigantada. Al final, la atraviesa y Úrsula muere, con
lo que Tritón y todos los otros prisioneros recuperan sus formas
originales. Tritón, nuevamente como rey del océano, se percata del
amor que siente su hija por Eric, así que acepta convertirla en
humana para que pueda vivir con él. En las escenas finales, se
observa brevemente la boda de Ariel y Eric a bordo de un barco.
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